Por ejemplo la Resolución 1635/78 del Ministerio de Educación que indica que la Bandera, una vez arriada, no debe tocar el suelo y deberá ser recogida sin plegarla para ser trasladada al sitio donde será guardada. La Bandera no se podrá lavar, y esto prefigura un símbolo: el lavado le quitaría la Gloria y los Honores acumulados en las batallas libradas, es decir que no puede lavarse la Honra de la Patria. Ante el inevitable desgaste o deterioro por el transcurso del tiempo, la resolución indica que la bandera deberá incinerarse. Esta ceremonia se cumplirá en un recinto cerrado y luego de haberse anulado su carácter emblemático, para lo cual deberán cortarse y separarse los tres paños. Por último, se labrará un acta donde constarán los detalles de la ceremonia.
La colección que puede verse en estas páginas, surge de una deriva azarosa por calles de distintas ciudades, e intenta rescatar del olvido, viejas glorias diseminadas por todo el país. Gustavo Romano
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