“La imaginación si fuese creadora sería simple fantasía. La imaginación  es percepción de lo que escapa a una percepción ordinaria.”

“La imaginación es el único lugar en el mundo  donde se puede habitar.”
Nicolás Gómez Dávila.

 

UNA CIUDAD IMAGINADA

“...Apoyada en la baranda de la azotea de casa, observo la enorme luna plateada que brilla sobre la ciudad. A estas horas Buenos Aires permanece más bien silenciosa. Sólo se escucha la lejana música de algún baile, la sirena de un barco a punto de partir del puerto, los cascos de un percherón sobre el empedrado del tranvía eléctrico.”
Lunas eléctricas para noches sin lunas.


El presente  texto es una aproximación al tema de las ciudades literarias, a la forma como  estas se construyen en la mente del escritor y del lector.  En este caso  específicamente  la ciudad de  Buenos Aires. Para tal efecto trabajaré sobre: Lunas Eléctricas para noches sin Luna.  La tercera  novela de Belén Gache una escritora  argentina joven, relacionada con el ámbito académico y cultural del Buenos Aires contemporáneo.

Bachelard en Poética del espacio, plantea desde la fenomenología un acercamiento poético a los espacios,  que incluye pero que a la vez supera la noción de relación simbólica de estos con el inconsciente.  Para él los  espacios literarios surgen de una percepción única determinada tanto por la subjetividad como por la realidad. En este sentido se producen  coincidencias, prefiguraciones y encuentros entre la lectura y la escritura que contribuyen a conformar la relación tanto de los lectores como de los escritores con las ciudades que leen o narran.  
Al leer el  cerebro construye.  Al leer ficción o algún tipo de narración que requiere de la acción de personajes dentro de un espacio determinado, este proceso creativo se sofistica, pues  es más libre y orgánico y  el lector  en conjunto con el escritor  construye el escenario donde las acciones se van desarrollando. Esta construcción depende tanto de los referentes con los que cuentan tanto el uno como el otro,  independientemente  de  la precisión o imprecisión de las descripciones que se escriben o  se leen  porque el pensamiento  construye a partir de una subjetividad que procesa la realidad. Así, tanto la escritura como la lectura siempre se verán determinadas por elementos  de diferente naturaleza que las constituyen en un momento dado y cada escritura es una construcción y cada lectura a su vez será  una construcción y una reescritura.
Siguiendo esta línea de pensamiento, los espacios que leemos,  y  en este caso  las ciudades literarias, permiten al lector escribirlas en su mente. Ya sea una ciudad que se conoce o un lugar que jamás se ha visitado.
Si es un lugar que no se conoce físicamente, este  se vive previamente y simultáneamente se construye. Cuando se trata de una ciudad que se conoce o se habita, esta posibilidad creativa permite reconocer  espacios específicos pero  que serán vistos  con el matiz de lo escrito y lo leído, formándose  de esta manera una cadena de transformación constante. Así,  tanto el lector como el escritor están  siendo participes de un proceso  que se crea entre   dos imaginaciones.   Las palabras son ante todo conceptos que se relacionan entre si y las experiencias humanas son las que permiten capturar algo de esos conceptos hacerlos propios y otorgarles un sentido, que será siempre único. Por esta razón la escritura es una arquitectura de lo impreciso.  La escritura y  la lectura le proporcionan una   dimensión  emocional los lugares, matizan desencadenan  un poder evocador  y creador.  Albert Camus lo plantea  de la siguiente manera en El primer hombre:
“…Y aquellos niños que solo conocían el siroco, el polvo, los chaparrones prodigiosos y breves, la arena de las playas y el mar llameante bajo el sol, leían aplicadamente, marcando los puntos y las comas, unos relatos para ellos míticos en los que unos niños con gorro y bufanda calzados con zuecos  volvían a su casa con un frio glacial, arrastrando haces de leña por caminos cubiertos con nieve hasta que divisaban el tejado nevado de la casa y el humo de la chimenea les hacia saber que la sopa de guisantes se cocía al fuego, para Jaques estos relatos eran la encarnación del exotismo. Soñaba con ellos, llenaba sus ejercicios de redacción con la descripción de unos lugares que no había visto nunca e interrogaba incesantemente a su abuela sobre una nevada que había caído durante una hora, veinte años atrás en Argel.”

Lunas eléctricas para noches sin luna,  es publicada por la Editorial Sudamericana en el año 2004 pero la  historia transcurre en el  Buenos Aires de 1900. La historia y la ciudad de esa época  son el marco que la autora creó para su novela. Construyendo así una ciudad del pasado  desde la mirada  de los primeros años del siglo XXI. Generando  una ciudad con  una perspectiva y matices particulares.

Sinopsis
La historia transcurre en el año 1910, y está narrada en primera persona por la  voz  de Ángela, una adolescente de 16 años, que vive con su madre en una casa de Buenos Aires. Angela es una joven muy despierta e inteligente,  además tiene una imaginación completamente fantástica. Lee  cuanto llega a sus manos y su agudo sentido de observación la convierte en una testigo única de una serie de eventos que ocurren por  esos días en la ciudad.  La celebración del centenario de la revolución de mayo, la llegada a Buenos Aires de la infanta Isabel de Borbón,  tía del rey de España  y un complot para asesinarla.
Ángela  en sus recorridos por la ciudad, acompañada a veces por su amigo Mirko descubre este complot y evita que el asesinato se lleve a cabo. Mientras, la trama se desarrolla nos es narrada también la ciudad de Buenos Aires de comienzos de siglo, su arquitectura, sus sonidos,  su gente, la influencia de la modernidad.   Se percibe a través de la mirada lucida Ángela la contradicción entre el sueño de un Buenos Aires con un futuro maravilloso  con la sensación de aislamiento y desesperanza creciente  de sus habitantes.

 1. Los espacios:

“Las ciudades son un conjunto de muchas cosas: memorias, deseos, signos de un lenguaje; son lugares de trueque, como explican todos los libros de historia de la economía, pero estos trueques no lo son sólo de mercancías, son también trueques de palabras, de deseos, de recuerdos. Mi libro se abre y se cierra con las imágenes de ciudades felices que cobran forma y se desvanecen continuamente, escondidas en las ciudades infelices”. (1)
Italo Calvino

Las ciudades crecen, cambian se adecuan a los conceptos y necesidades de cada época, albergan a sus habitantes. Crecen desde su centro, añadiéndose capas y estratos, su sedimento es el pasado. Con las ciudades literarias ocurre algo similar, los libros que las describen  son como las capas y los sedimentos de esa ciudad imaginada que crece en todos  los sentidos, haciendo a veces más visible un pasado o más intenso  un  futuro, revelando en el presente algo no perceptible concientemente pero que esta allí.  Bachelard en poética del espacio (2) , plantea desde la fenomenología un acercamiento poético a los espacios que incluye pero que a la vez supera la noción de relación simbólica de estos con el inconsciente.  Para él los  espacios literarios surgen siempre de una subjetividad. De una percepción única de cada espacio. Al respecto  dice:

“El espacio llama a la acción y antes de la acción, la imaginación, trabaja, siega y labra. Habría que cantar los beneficios de todas esas acciones imaginarias” (3)

Relaciona ese estado de creación con los sueños y la ensoñación.
Según Bachelard,  los espacios envuelven los recuerdos. Es en las casas, y por extensión las calles y las ciudades en donde existen se conforman poéticamente los recuerdos, pero los recuerdos  a su vez son ficciones, al traerlos a esta realidad, y ser yuxtapuestos con otros, cambian. Cambian cada  vez, es  decir cada vez que se recuerda que se crea,  y en este sentido la escritura cada vez  crea, fija, atrapa y construye permitiendo una dimensión adicional ,  que supera el simple transito, no transmite, sino que produce una dimensión de sentido.
En Lunas eléctricas hay cuatro espacios fundamentales, la habitación de Ángela, la azotea,  la casa  en general, y el más importante, las calles. En cada uno de ellos  la narración adquiere niveles diferentes. Como se mencionó en la sinopsis la personalidad de Ángela tiene tanto de lucidez como de fantasía. Es interesante ver que la habitación de Ángela es una Buhardilla, lejos del resto de las habitaciones ella diseña su propio espacio  la decora inspirada en una pintura de Delacroix.  

 “recordaba yo haber visto alguna vez en una de las revistas de madmoiselle Colombe, la reproducción de un cuadro de Delacroix, se trataba de la imagen de un grupo  de mujeres agrupadas en torno a un narguille en una habitación llena de alfombras, almohadones y biombos orientales”

 La casa es descrita más que todo por las actividades que se realizan en ella  y por  los objetos que la componen, y de esta manera se puede intuir la dimensión de la casa o en la cocina hace pensar también en un espacio amplio, y como las dimensiones y como estas permiten que se produzcan determinadas actividades..

“estos últimos dos días ella y Magnolia,  la joven que la ayuda con las tareas de la casa, se han dedicado a preparar dulces caseros, ambrosia y yema quemada, también han comprado bizcochos Canale y galletas Mitre para una semana”

“dos pesados sillones de nogal flanquean una mesita baja…” 

La azotea es el lugar desde donde en varias ocasiones se está viendo el transcurrir de la ciudad, cuando Angela no esta vagando por las calles o en su habitación está casi siempre en la azotea.
“ a la azotea se llega  subiendo por una estrecha escalera”

La ciudad es narrada desde el inicio de la historia, aunque  las primeras palabras de la novela son una reflexión fantástica de Ángela sobre la luna, que  observa desde  la azotea de su casa…
“…Pero la luna  no es un plato de vajilla, si uno la mira fijo durante un rato puede llegar a ver las extensas caravanas de camellos que se pasean por entre sus montañas de azúcar.”

Sin embargo unas pocas líneas después la descripción de una ciudad más real empieza,
 “mi casa mira hacia el río. Frente a mi, veo los jardines del Paseo de Julio, plagados de ombúes, gomeros, araucarias, ceibos y toda clase de plantas de las cuales crecen flores grandes como sombrillas”

Aunque Ángela  vive en un mundo de fantasía, y recorre las calles de Buenos  Aires con perplejidad,  simultáneamente va narrando a través de datos precisos la construcción de la ciudad,  y el momento histórico que esta viviendo, dejando libres al tiempo detalles  de primeros planos que enriquecen la dimensión de los espacios.
 “atravieso las mesas grabadas con navajas”
 
O  dando referencias históricas precisas
“ Pedro de Mendoza nombró Santa  Maria de  los Buenos Aires a estas tierras en honor a la patrona de los navegantes…Don Pedro estableció el primer asentamiento de Buenos Aires, aquí en medio de los  pastizales pampeanos que , treinta años antes , otro navegante llamado Juan de Solis, había llamado mar dulce.”

“¿han visto el enorme sol que están construyendo encima de la casa de gobierno?-pregunta mi tia Crucifixión”

El conocimiento que posee Ángela del mundo, de su época y de la ciudad que habita se va ensamblando en la narración poco a poco. En sucesivos espacios Ángela esta vagando por las calles de esa ciudad, haciendo que el lector capte a través de sus ojos algo de su subjetividad. 
“ desde que abandoné el liceo paso la mayor parte de mi vida por el paseo de Julio..”

La ciudad de Ángela está lejana  de una realidad tangible, cercana  a los sueños  de un pasado, ve la vida de Buenos Aires a partir  de esa ensoñación,  es una Buenos Aires mayormente nocturna, preparándose para ser iluminada.
Cabe señalar que a lo largo de la novela estos cambios de pensamientos a descripciones más especificas de los espacios se suceden con naturalidad y no generan confusión entre lo que puede ser real o fantasía, mas allá quizás de una posibilidad de poner en duda toda la veracidad de lo que  se está narrando.

2. La perspectiva del tiempo. Escritura sobre el presente y el pasado

“Cuando uno escribe crea mundos con todos los objetos que los componen, con sus leyes propias, con una particular manera de ser de las cosas. La tapa del libro es la puerta que da acceso a cada uno de estos mundos. Esa puerta será traspasada tanto por el escritor como por el lector solo que, con la lectura, elijo entrar en el mundo propuesto. Con la escritura, soy yo misma la que invento el mundo y lo propongo” (4)
Belen Gache

Cien años median entre la ciudad actual de Buenos Aires y  el Buenos Aires de Lunas Eléctricas. Un siglo  en el que los hábitos de vida  se han reorganizado casi completamente obedeciendo a la dinámica misma de las ciudades que transforman. Los ritmos cambian, la mirada cambia, la percepción del mundo cambia. Las ciudades son transformadas día a día  por sus habitantes  y está su vez los transforma a ellos.

El pensamiento histórico nos tiene sujetos a una supuesta linealidad de eventos, y acontecimientos. Estos se suceden unos tras otros, siguiendo una aparente lógica causal Sin embargo las ciudades conservan sus lugares antiguos, a veces calles o barrios enteros, conservan el aura del pasado. A veces en la mitad de unos edificios nuevos, se conserva tercamente abierto un almacén desde décadas atrás. Todos tenemos en cierta medida la idea de lo que fue el pasado de una ciudad, no por un museo o por un libro de historia, sino sencillamente por el transito  a  través de ella.
De la misma forma cuando la literatura recurre a un determinado tiempo,  los eventos históricos, se convierten en un marco en medio del cual tiene  lugar  la  yuxtaposición  de la ficción y la realidad de ese pasado generando una nueva dimensión sobre  espacio narrado.
 Pienso que para aquellos que leen una determinada novela o relato la literatura  opera como un agente transformador de los espacios,  potenciándolos, rescatando algo de su aura original y a la vez  creando o agregando sobre ellos  una dimensión completamente nueva. Bachelard señala como la creación poética tiene siempre algo de remembranza pero es a la vez siempre nueva .
 “...Dentro de unos años, donde ahora están los barcos del puerto, construirán unos veloces trenes aéreos impulsados por un sistema electromagnético que cruzarán el océano y llegaran hasta Europa y hasta África. También habrá unos altísimos caminos sobrevolados que, en diferentes niveles cruzaran la ciudad, y se extenderán hasta confundirse con los límites de las provincia. Las casas serán de cristal y Buenos Aires se ¡erguirá vertical en donde ahora no hay más que un villorrio chato, lleno de barracones y provisorias casuchas. Además habrá lunas eléctricas que podrán encenderse de noche, cuando sea noche sin luna.”

Esta perspectiva del tiempo, le  permite a Belén  Gache narrar como en una especie de muestra de diapositivas que se apagan y se encienden en la oscuridad, facetas de esa ciudad vista a través de los ojos de Ángela.
“al llegar a la esquina de Corrientes me detengo frente a aun  kiosko de diarios construido con hierro verde. Leo los titulares.  MAS REVUELTAS ANARQUISTAS. Al  pie de la página, un pequeño recuadro capta mi mirada MILLONARIO HACE CONSTRUIR MAUSOLEO PARA SU CABALLO FAVORITO”.

Vemos a través de su mirada  la presencia de los inmigrantes,
“Son los canillitas. Llevan medias largas y pantalones cortos y sus cabezas se encuentran cubiertas con boinas…entre los muchachos  reconozco a Gregorio un  chico origen catalán, amigo de Mirko”

O se perciben los sonidos de la ciudad de aquél entonces..
“hasta mi llegan los sonidos del trote de los percherones, los gritos de los vendedores, el campanilleo de los tranvías, los gritos de los rematadores de toda clase de objetos”

 En el Buenos Aires narrado por Belen Gache  se encuentran los sueños de un futuro maravilloso  que contrastan y le hacen sombra al nacimiento de los movimientos políticos que vaticinan una inestabilidad futura. El rostro  de una realidad amarga que vaticina el estancamiento ese otro camino que en muchos sentidos alejará a Buenos Aires de su futuro esplendor.

3. Desplazamientos e influencia entre lecturas. Un ejemplo a partir de los siete locos de Roberto Arlt.
La influencia entre literaturas se manifiesta no únicamente a nivel de la escritura,  es decir se manifiesta también en la lectura, tomemos un lector hipotetico que lee primero Lunas Eléctricas y después de un tiempo lee los Siete Locos de Roberto Arlt. ¿A que ciudad llega?
¿Que idea de  Buenos Aires está en su mente? Es practicante imposible responder con exactitud a esta pregunta. Sin embargo es interesante pensar que las ciudades literarias no tienen un desarrollo estrictamente temporal porque lo que otorgan a través de la escritura es una dimensión emocional.  En este sentido solo  como un ejercicio  señalo algunos aspectos que me llamaron la atención.
Más setenta años transcurren  entre la publicación de estas dos novelas. Las dos historias tienen lugar  en la ciudad de Buenos Aires, y ambas transcurren   prácticamente en la misma época.  La distancia  entre las dos ciudades es de más o menos quince años. La historia de Arlt ocurre aproximadamente en  el Buenos Aires de 1920. La historia  del Belén  se desarrolla en el Buenos Aires de  comienzos de 1910 . Marcado específicamente por  la aparición del cometa Halley en ese año y el centenario de la revolución de mayo.
Se produce una paradoja al leer las dos novelas, el orden en que se lean quizá influenciará al otro. Los libros funcionan. Son maquinas  dice Deleuze,  (ver rizoma en Mil mesetas, Deleuze y Guatari) que funcionan con otros libros, con las personas. El Buenos Aires de Lunas Eléctricas en este sentido, prefigura el Buenos Aires de los siete locos, pues en el libro de Gache asistimos diez años antes a esa ciudad que se esta gestando, llena de marineros, inmigrantes y sueños de futuro.
Arlt quizás vivió  Ese buenos Aires, pero también vivió la ciudad que unos años después albergaría al angustiado Endorsain,  que  ve en sus calles una especie de esperanza, allí sueña, planea, y de alguna forma controla con sus ensoñaciones brevemente la angustia, es la calle el lugar de la imaginación en donde puede escapar de esa fatalidad que construye y que simultáneamente lo persigue.

“Sin duda alguna duda su vida era extraña porque a veces una esperanza apresurada lo lanzaba a la calle. Entonces tomaba un ómnibus y bajaba en Palermo o en Belgrano. Recorría pensativo  las silenciosas avenidas”.
Los siete locos.

Es posible calcular que Endorsain y los demás fronterizos personajes de los Siete Locos, tendrían  una edad una edad cercana a la edad de Ángela en 1920. La novela de Belén de alguna forma prefigurara la novela  de Arlt. Y la  novela  de Arlt prefigura la novela de Belén  y las novelas previas a esta. Se alimentan mutuamente, si bien,  no más en la escritura para Arlt,  quizá si en su lectura. No cabe preguntarse si Belén leyó a Arlt.  Cabe pensar en cómo una  ciudad se genera dentro y en medio de la escritura y la historia, cómo una ciudad se construye entre sus lecturas.
Arlt propuso una forma de ver la ciudad, una ciudad que produjo unos personajes que marcaron la forma de sentir y conocer a Buenos Aires, seguramente de escribirlo también.  
Belén propone una  mirada al pasado de su ciudad,  le da una dimensión enriquecida por su mirada contemporánea Walter benajamin  por su parte plantea la existencia de una esencia única e intraducible de una obra, de un momento irrepetible, de un eco, lo llama.
“ la manifestación de una irrepetible lejanía” (5) . En este sentido la Buenos Aires de Arlt tiene esa patina única del tiempo, escrita en ese momento único e irrepetible. Es una capa más, un sedimento sobre el que la ciudad real e imaginaria se construye día tras día.
“La imagen poética no es el eco de un pasado, en el esplendor de una imagen resuenan los ecos de un pasado” (6)

 4. La mirada de la modernidad y el inicio de los siglos

Y  por eso si echarse a caminar una y otra vez por la ciudad, parece un escándalo cuando se tiene una familia y un trabajo, hay ratos en que vuelvo a decirme que ya sería tiempo de retornar a mi barrio preferido, olvidarme de mis ocupaciones, (soy corredor de bolsa)  y  con un poco de suerte encontrar a Josiane y quedarme con ella hasta la mañana siguiente
El otro cielo. Julio Cortazar

Beatriz Sarlo (7) plantea cómo el cambio  de la ciudad de Buenos Aires en los albores del siglo XX, su transito a la modernidad transformó la forma de interpretar y representar el mundo. El paso brusco de lo rural a lo urbano en la modernidad se convierte en un filón literario y afecta además el comportamiento de los personajes,  las calles se convierten en un lugar de observadores y observados. Es a comienzos del siglo XX donde se palpa la síntesis del siglo XIX justamente porque el proceso de cambio permite delinear las diferencias. Beatriz Sarlo menciona también la relación  entre el cambio y el recuerdo, la ciudad que se transita y la que se habitó.
“…en efecto hombres y mujeres pueden recordar una ciudad distinta a  aquella en la que están viviendo”
Buenos Aires una modernidad periférica

Quizá antes de que se produjera esa especie de nuevo oscurantismo en Latinoamérica   que la fue sumiendo en  un paulatino aislamiento  del avance técnico y económico de gran parte del resto de occidente. Las ciudades principales recibían todo el influjo de la modernidad, eran receptoras  tanto del auge del técnico, la ciencia producía una fascinación casi mágica y  un fuerte eclecticismo espiritual directamente ligado al pensamiento romántico  impregnaba la mentalidad de las personas.  Beatriz Sarlo menciona esos saberes marginados  y esas practicas que alimentan al hombre de la calle. Estos elementos traídos por los flujos migratorios  y la cultura que llegaba con ellos convertían   a las ciudades y a sus habitantes en  receptores  de este devenir. Una modernidad romántica.

La presencia de la modernidad con sus posibilidades técnicas, convive con un pensamiento impregnada de lo mágico y esotérico.  En Lunas Eléctricas esto se manifiesta en varios sentidos, principalmente por la mentalidad de Ángela, que narra desde una lucidez y una ingenuidad constantes pero que sobre todo desde una poderosa fantasía  cuyo principal referente es la luna y los habitantes selenitas de los cuales ella es la reina.. Otro de los personajes, mademoiselle Colombe una emigrante francesa nos da un buen ejemplo de esta atmósfera.
“Pero, mademoiselle Colombe leía leer otras cosas solía leer unas revistas francesas que hablaban sobre la reencarnación y  trasmigración de almas”

Esta faceta de la realidad se puede encontrar también en los Sietes Locos de Roberto Arlt Por ejemplo en  este párrafo donde se menciona  la sociedad Teosófica como si fuera algo normal o reconocido.
“Tiene usted razón. Pero la convicción de que usted era un hombre de embarcarse en un aventura peligrosa se me ocurrió hace un año cuando lo conocí en la sociedad teosófica” (8)
. Los siete locos

 

La perspectiva temporal le permite a  la autora hacer un collage de esa realidad. Yuxtapone diferentes elementos que constituyen la ciudad de ese entonces.
 Es la época de las vanguardias, más exactamente de las vanguardias pictóricas que se suceden una tras otra, tratando y capturando todos esas intensidades y expresivas que atraviesan quizá por primera  vez  vertiginosamente no el arte mismo sino la noción teórica de este.  La forma  que escoge Belen Gache de representar este aspecto es principalmente a través de la figura Gabino.  Este es un  pintor que regresó de Paris y no hace otra cosa que añorarlo sintiéndose atrapado en Buenos Aires, este personaje es constantemente victima de sospechas por parte de la policía que lo considera anarquista, y victima de  las preguntas incansables de las mujeres que quieren saber más sobre el ya mítico Paris. En este sentido la posibilidad de ver los hechos históricos en un sentido lineal le permiten a Belén Gache  ensamblar eventos reales y ficcionales en su novela. Gabino tiene en sus manos una pluma fuente que le robo a Pablo Picasso porque según él, Picasso le había robado unas pinturas geometrizadas, que después empezó a copiar como si fueran de el Nada menos que el inicio de  lo que lo hizo mas famoso, a Picasso   su pintura cubista.  El discurso actual de ese pasado esta mediado por la perspectiva que permite ver en un collage, crear lo que se vería como  un cuadro.

“Gabino les cuenta que en paris compartía con otros artistas en una casucha sin gas ni electricidad…en forma de barco y era conocida como Bateau Lavoir”

“ En la esquina de la calle Tucuman, incluso alcanzo a ver a Gabino, el pintor salteño que nos alquila una pieza en el tercer piso de la casa…Viendolo asi cuesta imaginar que, algún día , este hombre será un celebre pintor cuyasobras maestras escandalizaran al publico de las may afamadas de galerías de arte parisinas”

“ me pregunto quien será ese Picasso, del cual habla Gabino de manera tan despectiva”
 Pero al tiempo hace presente ese aislamiento que menciono al principio. Por una parte está la visita de la infanta  a Buenos Aires, que produce revuelo en toda la sociedad  que ven esta llegada como el regreso de un esplendor que ya esta quedando en el pasado.
“mi mama y mi tía crucifixión están de los mas entusiasmadas, incluso mas que si viniera algún pariente nuestro de España. Aunque, claro, nuestros parientes  jamás vendrían a Buenos Aires”

Existe también en la novela la mención a los movimientos anarquistas,  en el Buenos Aires de comienzos de siglo (9) y a la forma como la autoridad militar, comienza a ejercer el poder, en este caso el personaje es Escudero, un policía también amigo de la casa de Ángela,  que sospecha de todo el mundo, particularmente del estrafalario Gabino, y no ve en cambio que en sus narices se esta gestando el atentado contra la infanta.

“Escudero tiene la tez oscura, unos enormes bigotes similares a los del Káiser de Alemania. Intento descubrir por qué escudero me parece tan inadecuado. Después de  un rato me doy cuenta. La indumentaria civil que le es tan ajena que cuando está sin uniforme parece que la ropa que llevara puesta no le perteneciera. Escudero es policía. Hace pocos meses nadie se explica como ha sido nombrado subcomisario”.

Las referencias a hechos científicos  y culturales aparecen en diferentes partes de la novela, como parte de la manera como se configura el imaginario de Ángela,  como esta nota que halla en los cuadernos de Gabino.
“Edwin  A. Abott (10) , Planilandia. País bidimensional en un mundo plano, en el cual no hay modo de entrar en un contorno cerrado. La Pampa como un mundo plano.”

O también. mezclando un personaje  real con su  fantasía. O cuando dice

 “ En 1835 Sir John Heschell consiguió por primera vez observar con un telescopio la superficie lunar lo suficientemente cerca para ver oscuras cavernas en donde vivian hipopótamos”

En general lo mas llamativo de la novela es la construcción de esa ciudad, casi mítica, llena de personajes estrafalarios,  y sobre todo, el hecho de construir una ciudad literaria cuando esta se esta construyendo física e intelectualmente. Las obras  de arquitectura, en las calles, los avances científicos, las ideas esotéricas, los inmigrantes..En estos sentidos  Ángela es el catalizador y a la vez el elemento traductor, es el personaje que simboliza la transición de un siglo a otro. Interpreta y decodifica, para así a través de  su mirada configurar y crear la mirada del nuevo siglo.

 En  la Buenos Aires de Lunas eléctricas podemos hallar  ese esplendor del pasado, construido  a partir de vivencias, lecturas,  una amplia perspectiva histórica y con seguridad con días y días de transito de la autora por las calles de la ciudad.  Construye desde su mirada una ciudad que no vivió, pero seguramente conoce y siente a fondo.

La ciudad seguirá entonces construyéndose primero en la imaginación, y luego en  su arquitectura.  De cierta manera un libro es como  un plano que desciframos  afuera los humanos constructores de realidades, leemos y caminamos por una calle soñada, entramos por una puerta a una habitación habitada y a la vez somos habitados por ella.
Los discursos afectan cierta agilidad de la mente, ciertos lenguajes y códigos.  Falta ver si el tiempo le da el santo y seña al, para que su novela sea lea nuevamente, y con frecuencia en los años venideros.

 

BIBLIOGRAFIA

ARLT, Roberto, Los siete locos. Losada. Buenos Aires,1974
BACHELARD Gastón. La poética del Espacio. FCE México, 1997
DELEUZE, Gilles, Mil mesetas Pre-textos, Valencia, 2000
CAMUS, Albert, El primer Hombre. Tusquets,  Barcelona 1994
GACHE, Belén, Lunas Eléctricas para las noches sin luna. Editorial Sudamericana. Buenos Aires, 2004
GÓMEZ, Dávila Nicolás. Escolios a un texto implícito. Villegas Editores. Bogota, 2001
SARLO, Beatriz. Buenos Aires una modernidad periférica. Buenos Aires. 1920-1930. Nueva Visión. Buenos Aires,   1999
CALVINO, Italo. Las Ciudades Invisibles. Siruela, 1994 Madrid

Fuentes de Internet
http://letras-uruguay.espaciolatino.com/aaa/gonzalez_rouco_maria/lunas_electricas.htm

http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/libros/10-1270-2004-10-17.html

http://www.tau.ac.il/eial/III_2/index.html#articulos

 

1- Italo Calvino,  Las Ciudades  Invisibles, Siruela .Pág. 6

2- BACHELARD Gastón. La poética del Espacio. FCE México, 1997

3- BACHELARD Gastón. La poética del Espacio. FCE México, p.p 42

4- En lecturas, escrituras, vidas y suenos, Asolectura, Boletin No 10

5- Walter Benjamín, La obra de arte en la era de la reproductibilidad técnica

6- Gaston, Bachelard, La poética del espacio, FCE.

7- SARLO, Beatriz. Buenos Aires una modernidad periférica. Buenos Aires. 1920-1930. Nueva Visión. Buenos Aires,   1999 pp. 16

8- En 1875 se publica en los estados unidos la obra de Madame Blavatsky, un tratado ecléctico que da lugar a la creación de las sociedades teosoficas  la primera dos anos mas tarde en se funda en los Estados  Unidos en 1887...

9- “No podemos entender la pérdida de peso del anarquismo argentino, a partir de 1910, solo por la represión desatada con terrible ferocidad: allanamientos, fusilamientos, deportaciones y cárcel a miles de personas. Pero tampoco podemos atribuirlo solo a la apertura de la representación política, a la modificación en los hábitos sociales de la población o a la transformación que iba sufriendo el aparato productivo nacional. Y  menos a cierta visión marxista que ha identificado al anarquismo con un tipo de trabajador atrasado, rémora de regímenes precapitalistas tendientes a desaparecer. Tal vez todas las explicaciones anteriores (excepto esta ultima) nos acerquen a entender la declinación de un movimiento, pero nos atrevemos a decir que el anarquismo no había desaparecido ni mucho menos. Y mostrará toda su vitalidad durante las dos décadas venideras hasta la segunda etapa libertaria, momento que nos ocupa y que constituye los orígenes de la Federación Libertaria Argentina en el decenio de 1930” Fragmento de articulo encontrado en internet en www.nodo50.org/bpji/fla.doc

10- Edwin Abbott Abbott (Londres, Inglaterra 20 de diciembre de 1838 - 1926), profesor, escritor y teólogo inglés, conocido por ser el autor del sátira matemática Flatland, romance of many dimensions (Planilandia, una novela de muchas dimensiones 1884) Wikipedia.